I
Margarita blanca,
amarilla en el centro.
El viento, la lluvia y el sol
van a guiarte.
Nunca te harán daño,
nunca mas que yo.
II
En mi jardín
crecen margaritas,
voy a elegir de ellas
la de tallo más débil,
para poder cortarla
solo con mis dedos.
III
Las hojas brotan de luz verde
y reflejan vida.
La savia se olvida de las raíces.
Fin
Solo la agonía
hoy me acuna,
cuando el desvelo
fatiga al día.
Busco en la ventana
donde pega el sol tibio,
y donde solo encuentro
margaritas.
miércoles, 17 de septiembre de 2008
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